La alerta forma parte del estudio "Resistance to anticoagulant rodenticides challenges pest control efforts in Portugal", cuya autora es Ana Santos, licenciada en Biología y Máster en Biología Evolutiva y del Desarrollo.

Doctoranda en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, Ana Santos está desarrollando su tesis centrada en las dificultades en el control de plagas de ratas y ratones domésticos debido a la resistencia a los biocidas utilizados. El artículo científico ya ha sido publicado.

En declaraciones a Lusa, Ana Santos explicó que las mutaciones son normales y espontáneas en los animales, pero añadió que "son pequeños cambios que no cambian la función normal de las proteínas pero que pueden alterar algunos mecanismos, en este caso, la resistencia a los compuestos" que son los rodenticidas anticoagulantes, venenos para ratas.

Así, cuando se usa el veneno para controlar plagas, hay ratas que se resisten, y cuanto más se usa el compuesto, más resistente se vuelve la población, porque las ratas que tienen las mutaciones sobreviven y las que no las tienen mueren, en un mecanismo idéntico al de los antibióticos y las bacterias resistentes.

Ana Santos explica a Lusa que estas mutaciones genéticas ya se conocían, pero aún no se habían estudiado en Portugal.

"No sabíamos si los ratones tenían las mutaciones", destacó, explicando que los estudios mostraron, por ejemplo, que en algunas islas de las Azores, todos los animales estudiados ya eran resistentes a los rodenticidas anticoagulantes, mientras que en la isla de S. Miguel, de las 40 muestras estudiadas, sólo cinco tenían la mutación que les daba resistencia.

El experto considera que los resultados pueden ser preocupantes, ya que el porcentaje de individuos resistentes es muy elevado, y defiende que se debería cartografiar el país y, a partir de ahí, elegir el rodenticida en función de si hay resistencia o no.