Hace años, trabajé para una organización benéfica como asistente social, visitando a personas que no podían salir de casa o de la cama en mi zona, y aunque no necesitaran que se les hiciera ningún trabajo (transportar turba se convirtió en un logro personal), puede que solo necesitaran a alguien con quien hablar fuera de la familia, o hablar de su estado, y yo les informaba de su estado físico y mental. Yo velaba por su seguridad: que no hubiera cables por el suelo que pudieran pillarles desprevenidos, que no hubiera paños de cocina encima de la estufa que pudieran incendiarse, que hubiera suficiente leche en la nevera o pan en la "prensa" (de la palabra irlandesa "prios", que significa lugar para guardar cosas).

Era la Irlanda rural, y la mayoría de las personas que conocí eran campesinos que cultivaban unas pocas hectáreas de verduras o césped, y que quizá sólo se reunían con sus vecinos en la iglesia si podían llegar hasta allí. Yo trabajaba en la Asociación, pero a veces me llevaba un montón de verduras como agradecimiento de algún familiar agradecido.


No estaba sola

En toda Irlanda había muchos otros que hacían lo mismo que yo, un equipo de 20/30 personas más o menos, y nunca nos veíamos, salvo en las reuniones formales que se convocaban de vez en cuando para hablar de procedimientos o protocolos.

Supongo que nuestro trabajo en equipo empezó con el aprendizaje de la fisioterapia, asistiendo a la universidad y practicando nuestras nuevas habilidades unos con otros, además de hacernos pruebas sobre nombres de huesos y músculos, etcétera.

Nuestros jefes de equipo tuvieron entonces la brillante idea de organizar un fin de semana de formación de equipos, y se fijó una fecha en un lugar a kilómetros de distancia de cualquier sitio, enclavado en la base de una enorme colina, no exactamente una montaña, pero yo no habría querido escalarla en un día lluvioso. La ventaja de este lugar aislado era que no había señal de teléfono, así que estábamos prácticamente aislados, y los que tenían familias jóvenes tenían una clara ventaja al no estar en contacto para responder a problemas domésticos.


Fin de semana divertido

Debo decir que fue el mejor fin de semana que he pasado, a pesar de que me quejaba de que no iba a ser mi "taza de té".Por ejemplo, un ejercicio consistía en dividirnos en dos equipos, uno con los ojos vendados y con instrucciones de montar una tienda de campaña, mientras los otros daban instrucciones verbales sobre cómo hacerlo. Y para hacerlo más difícil, estábamos dentro de un cuadrado de "ring de boxeo" rodeado de cuerdas, donde salirse de las cuerdas se consideraba una caída desde la montaña imaginaria y suponía una penalización de "tiempo muerto". La orientación bajo una lluvia torrencial (más parecida a la lucha en el barro) y la forma segura de apuntar con un arco y una flecha en una competición de tiro con arco también formaban parte del programa.


¿Y ahora qué hace la gente?

Desde la pandemia, nuestras vidas han cambiado de una forma que va más allá de nuestras normas. Nos vimos obligados a ajustar nuestras viejas rutinas y hábitos sobre cómo hacíamos las cosas a diario. Incluso las empresas y corporaciones tuvieron que hacer lo mismo, y un área afectada fue la formación de equipos. Mucha gente se vio obligada a trabajar a distancia, pero la formación de equipos pudo continuar -en línea en aquel momento- con el llamado Virtual Team Building, y esto sigue siendo posible. Se ofrecía una gama creativa de actividades virtuales y juegos entretenidos, con características diseñadas para impartir nuevos conocimientos y, al mismo tiempo, hacer sonreír a los empleados: actividades modernas y de alta calidad aptas para todos.

Pero el team building físico sigue vivo, incluso aquí en Portugal, donde las organizaciones pueden organizar asociaciones con hoteles, restaurantes, etc. para jornadas o fines de semana de team building, incluyendo cualquier petición especial si es necesario. Pueden encargarse de organizar la estancia, independientemente del número de participantes, y de las comidas, aperitivos o bebidas que sean necesarios.

Los beneficios de la formación de equipos incluyen la creación y el fortalecimiento de conexiones, la inspiración de confianza y la mejora de la comunicación y la moral dentro de los grupos de empleados y, lo que es más importante, la identificación de líderes para el futuro.


Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan