"No puedo decir que las cosas no hayan funcionado del todo, pero en relación con las expectativas, estos primeros cien días no me hacen superar las dudas que tenía" tras el procedimiento que llevó a la creación de AIMA, dijo el investigador.
100 días
AIMA se creó el 29 de octubre, hace cien días, tras el fin del Servicio de Extranjería y Fronteras (SEF), absorbiendo también las funciones del Alto Comisionado para las Migraciones, para dar respuesta a los 350.000 procesos pendientes de regularización y facilitar el proceso de integración de los inmigrantes.
"Me parece que, desde el punto de vista de los principios, la creación de AIMA es buena, ya que separa la parte policial de la parte de ejecución de la política migratoria y la gestión de los procesos que tienen que ver con la integración", pero la respuesta "al enorme atasco de solicitudes que se han quedado" se ha gestionado "de una manera que tiene muchos despropósitos" y "es necesaria una planificación mucho más cuidadosa con el proceso de transición", afirmó Jorge Malheiros.
"Varias cosas me han dejado dudas en estos cien días", como la "relación con el tejido asociativo que trabaja con inmigrantes", que "no se hizo y se perdió esta oportunidad".
El "diálogo estructural" con la sociedad civil "se está dando de manera deficiente" y a ello se suman algunos problemas en el tema de la integración de los inmigrantes
El componente de integración en la estrategia de AIMA debe valorarse también en su relación con el mercado laboral y la educación.
"Ya éramos mucho más dinámicos y más activos en esta materia", resumió.
"Aunque hay una urgencia de responder a lo que se retrasa, no podemos parar los otros componentes de la política migratoria" que incluyen la integración, advirtió el investigador.
Asilo
Aunque alaba la referencia al asilo en el propio nombre de AIMA, "una cuestión que tiene que ver con los derechos humanos y con los compromisos internacionales de Portugal en relación con la acogida de quienes sufren persecución por diferentes motivos en su país de origen, ya sea en el contexto de la Convención de Ginebra, o de otras formas de protección internacional", Jorge Malheiros lamenta el enfoque de la nueva estructura.
En materia de asilo, ha habido "un discurso en el que el componente de seguridad, la idea de que hay que proteger el territorio nacional y que las peticiones de asilo abusivas priman sobre el componente humanitario", dijo.
"Aquí falta un discurso más fuerte en relación con la acogida", incluyendo la "cuestión de la distinción entre lo que es efectivamente una petición de asilo que debe ser aceptada o no".
El especialista, que ha desarrollado varios trabajos en el ámbito de la geografía humana y los procesos migratorios, alabó la facilitación de los trámites en línea, desde la solicitud de documentos hasta los recientemente anunciados procesos de reagrupación familiar.
Pero "incluso aquí hay algunos interrogantes", con un aumento de las quejas sobre la plataforma online, concluyó el investigador.