Se trata de un proyecto piloto que pretende restringir la circulación de diversos vehículos turísticos en el centro histórico de Oporto, limitando los operadores de tuk-tuk y los autobuses turísticos de excursión.
El proyecto también limitará la circulación de autobuses turísticos de circuito de dos pisos a dos empresas autorizadas ("hop on-hop off"), además de no renovar las licencias de trenes turísticos, que en este caso no expirarán hasta marzo de 2026.
Al margen de la reunión privada del Ejecutivo en la que se trató este asunto, el concejal del PSD, Alberto Machado, afirmó que es necesario actuar sobre este sector que, sin regulación, convierte el centro de la ciudad en un "caos".
"Damos la bienvenida a esta propuesta", destacó, felicitando la elección de los parques de la Alfândega y Camélias, garantizando que los turistas estén cerca de las principales atracciones de la ciudad.
"Es necesario crear un equilibrio entre el disfrute de la ciudad por los turistas, pero también por los residentes, los comerciantes y los que trabajan aquí", añadió.
Preguntado sobre si esta medida podría poner en peligro la viabilidad de negocios como los tuk-tuks, Alberto Machado destacó que "el centro histórico de Oporto es relativamente pequeño para el número de tuk-tuks que circulan".
"Todo tiene que tener un equilibrio", señaló.