El Gobierno ha restringido ahora la entrada a los ciudadanos extranjeros con visado, atribuyendo el descenso al fin de las manifestaciones de interés, un régimen que permitía a los inmigrantes regularizar su situación tras entrar como turistas.
El 8 de abril, durante el anuncio de las nuevas medidas para regular la inmigración, António Leitão Amaro reconoció que "estaba fuera de control".
Según un informe del Gobierno, el "flujo" de ciudadanos extranjeros que entran en el país con el objetivo de obtener un permiso de residencia pasó de 156.951 en el primer semestre de 2024 a 64.848 en el segundo. Estas cifras corresponden a la suma de los registros de las expresiones de interés durante el periodo analizado con el número total de visados de búsqueda de trabajo y visados de residencia de todo tipo.
Desde 2017, año en el que comenzaron las manifestaciones de interés, el número de inmigrantes que entraron se situó en 421.785, pasando a 480.639 en 2018, y no ha hecho más que aumentar cada año. "Cuando cambió la ley en 2017, una decisión del Partido Socialista (PS) y de los partidos de izquierda, había poco más de 400.000 inmigrantes en Portugal", ha afirmado Leitão Amaro. "En siete años, la proporción de extranjeros residentes en Portugal ha pasado del 4 por ciento al 15 por ciento de la población total, como venimos advirtiendo desde hace tiempo."
"Ha sido un cambio grande y rápido", añadió. "Ha sido, sin duda, el mayor cambio demográfico que hemos visto en nuestra democracia y probablemente en toda nuestra vida".
En la actualidad, 1.546.521 inmigrantes tienen permiso de residencia, cifra que se espera que alcance los 1,6 millones en los próximos meses. "Aquel Gobierno socialista abrió la puerta de par en par, no preparó los servicios públicos para este incremento y permitió que se acumularan cientos de miles de expedientes pendientes, poniendo en peligro la integración de los que llegaban", acusó la ministra. "Una vez más, fue irresponsable e inhumano".