Cuando se trata de contabilizar las emisiones de carbono, el sector turístico suele ser señalado y avergonzado. Pero en los últimos años, muchos complejos turísticos, proyectos y empresas se han esforzado por cambiar sus prácticas con vistas a proteger el medio ambiente y beneficiar a las comunidades.

Sin embargo, no siempre es fácil descubrir a los verdaderos campeones ecológicos.

Para separar a los fieles de los farsantes, es importante escudriñar las certificaciones medioambientales específicas de organizaciones terceras acreditadas -en lugar de confiar en vagas etiquetas autoadjudicadas- y buscar pruebas fehacientes de los verdaderos logros.

Desde cruceros que navegan en silencio por los fiordos noruegos hasta retiros ayurvédicos que forman a mujeres en zonas rurales de la India, estos son algunos de los auténticos guerreros ecológicos que aportan una "huella verde" pionera a nuestra forma de viajar.

LAAX, Suiza

El cambio climático está teniendo un impacto devastador en la industria europea del esquí, creando una avalancha de problemas a medida que el aumento de las temperaturas reduce la fiabilidad de las nevadas. La estación suiza de LAAX, situada a 1.100 metros sobre el nivel del mar, se beneficia de ser un destino con nieve segura, pero los problemas medioambientales siguen siendo una prioridad.

Los cañones de nieve funcionan con energía hidráulica 100% certificada de origen regional, que utiliza el agua recogida del deshielo y almacenada en embalses. Además, la estación es responsable del primer telecabina a la carta del mundo, el FlemXpress, que sólo funciona cuando los clientes necesitan subir y consume un 50% menos de energía que un telesilla tradicional.

Otra ingeniosa tecnología es el tejado de paneles solares del Hotel Riders, que puede producir energía incluso cuando está cubierto de nieve. Para calentar el edificio se utiliza una bomba de agua procedente de un lago cercano, mientras que las cámaras de inteligencia artificial instaladas en los contenedores calculan los desperdicios de comida, lo que permite a la cocina del hotel recalibrar el orden del bufé del desayuno mes a mes.

Visita laax.com.


Créditos: AP;

Desa Potato Head, Bali

El sector hotelero mundial genera la alarmante cifra de 2,87 millones de toneladas de plástico al año. Aunque muchas empresas han tomado medidas encomiables, como sustituir las botellas de plástico por frascos de vidrio, pocas van más allá de gestos simbólicos.

Pero el club de playa balinés Desa Potato Head, complejo turístico y parque cultural, está decidido a cambiar las cosas. Gran parte de los 1,6 millones de toneladas de residuos que se producen cada año en la isla de vacaciones acaba en los ríos y el océano, lo que supone una amenaza para el ecosistema y el sustento de las comunidades.

Para cambiar esta situación, el galardonado colectivo se ha asociado con la agencia medioambiental Malu Dong para gestionar sus residuos mediante una incineradora con certificación medioambiental. Las cenizas producidas se han reutilizado para la construcción de un nuevo y pionero proyecto comunitario de residuos, en el que los restos de comida se convierten en abono y la basura se reciclan para crear un producto útil. Esto les ha permitido alcanzar un 0,5% de residuos en vertederos, una cifra cercana a los residuos cero.

Visite seminyak.potatohead.co.

Dharana en Shillim, Maharashtra, India

Los hermanos William y Denzil De Souza crearon este proyecto de conservación hace 30 años en las montañas Sahyadri de la India (a tres horas de Bombay), para sanar las tierras dañadas por la agricultura de tala y quema. El logro más impresionante del proyecto fue su construcción sin talar un solo árbol.

Transformado en un retiro de bienestar que combina la sabiduría ayurvédica con la ciencia moderna, se ha convertido en un brillante ejemplo de cómo el bienestar de lujo puede coexistir armoniosamente con la protección del medio ambiente y la capacitación de la comunidad.

Con una extensión de 2.500 acres en un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el retiro financia el Instituto Shillim, una organización sin ánimo de lucro que colabora con prestigiosas instituciones como la Universidad de Columbia para promover la conservación y el desarrollo sostenible. Sus iniciativas medioambientales se centran en la conservación de plantas autóctonas, la prevención de la erosión del suelo y la restauración del nivel de las aguas subterráneas.

El impacto comunitario de Dharana es igualmente significativo, ya que ofrece formación a las mujeres locales a través de programas de agricultura ecológica, enseñando técnicas regenerativas que incluyen la conservación del suelo, la rotación de cultivos y la agrosilvicultura. El objetivo es implicar a 5.000 familias en medios de vida sostenibles para 2030.

Visite dharanaretreat.com.

Créditos: PA;

Havila Voyages, Noruega

Los cruceros no tienen la mejor reputación en cuanto a vida ecológica, pero esta empresa noruega pionera ha conseguido revolucionar la exploración costera con su flota de cuatro modernos buques que incorporan los mayores paquetes de baterías jamás instalados en buques de pasajeros.

Esta innovadora tecnología proporciona cuatro horas de navegación sin emisiones, lo que permite a Havila navegar por zonas sensibles desde el punto de vista medioambiental, como el fiordo Geirangerfjord, protegido por la UNESCO, sin causar daños ecológicos. Para 2030, la empresa espera haber eliminado por completo las emisiones de carbono.

A bordo, la compañía se ha asociado con proveedores locales para abastecerse de ingredientes regionales de temporada y ha rechazado los bufés derrochadores en favor de menús cuidadosamente planificados. Las excursiones en tierra también están diseñadas para mostrar el patrimonio cultural y la belleza natural de Noruega, respetando al mismo tiempo las comunidades y el medio ambiente locales.

Visite havilavoyages.com.