Ahora la guerra hace estragos en Ucrania, nos enfrentamos a nuevos temores económicos y la carga emocional de Covid no es algo de lo que podamos desprendernos.
¿Sientes el peso de estos nubarrones? Entonces podría ser el momento de volver a conectar con "las pequeñas cosas". Momentos de microfelicidad, pequeños focos de alegría, o simplemente cosas agradables que te hagan sentir bien, si la jerga de la "positividad" no es lo tuyo.
Con tantas cosas en marcha, puede sonar trillado hablar de pequeñas alegrías, pero pueden marcar la diferencia, dice la Dra. Andrea Giraldez-Hayes, directora clínica del Centro de Servicios Psicológicos y de Bienestar de la Facultad de Psicología de la Universidad de East London.
Crear momentos felices
Ahora mismo, "es muy fácil empezar a ver el lado oscuro de todo y sentirse preocupado y ansioso", reconoce Giraldez-Hayes, lo que puede hacer "difícil conectar con nuestro bienestar". Sin embargo, muchos expertos en psicología positiva han examinado los componentes básicos de la felicidad, o las cosas que alimentan nuestras reservas de bienestar, y se hace mucho hincapié en los micromomentos.
"La idea es que se pueden crear esos momentos, y que incluso una pequeña cosa puede tener un impacto en tu mentalidad y en cómo te sientes", dice Giraldez-Hayes, "es algo que tienes que practicar conscientemente. Hay que buscar estas oportunidades, no es algo que vaya a suceder sin más".
Estos micromomentos pueden ser muy individuales -como disfrutar del café de la mañana al aire libre, un paseo por el parque antes del trabajo, sentarse junto al canal para leer un libro-, pero Giraldez-Hayes afirma que hay algunas cosas fundamentales que suelen ser universales. Entre ellas están la amabilidad, la ayuda a los demás y el sentido de conexión con los otros.
"Eso no significa sólo salir a cenar con un amigo", dice Giraldez-Hayes, "puede ser incluso si vas a por tu café por la mañana e intercambias algunas palabras amables con la persona que te prepara el café, o tienes una conversación con alguien al azar. Ese contacto con otros humanos ayuda mucho".
Sin embargo, el aspecto diario es importante: "Es como ir al gimnasio: no se puede hacer como algo puntual y luego pensar que [los efectos] durarán para siempre", razona Giraldez-Hayes. También es importante aportar un sentido de intencionalidad.
Mantener la realidad
Todo tiene un punto de inflexión. Incluso ser positivo no siempre es tan positivo. Por ejemplo, la llamada "positividad tóxica", que nos obliga a darle un giro positivo a todo antes de que tengamos la oportunidad de registrar y procesar lo que realmente ocurre, no ayuda a nadie.
El profesor Bruce Hood, que dirige el curso "Ciencia de la felicidad" de la Universidad de Bristol, advierte que los "trucos de la felicidad" no deben ser demasiado prescriptivos. Sí, hay pruebas de que este enfoque de la microfelicidad puede ser beneficioso -Cood no está aquí para decirle a nadie que no se moleste-, pero cree que es útil recordar que hay más cosas.
Suelen preguntarme: "¿Cuáles son tus cinco mejores consejos?", y siempre digo que no voy a darlos", dice Hood (antes sí, pero ya no), "porque sugiere que hay algún tipo de insuficiencia. Y es como si todo lo que tenemos que hacer es esto, y entonces estaremos bien, pero sería poco sincero decir eso. No quiere decir que [esas cosas] no tengan sentido. Tienen sentido, pero hay que verlas en el contexto de intentar llevar una vida más comprometida y con un propósito".
"Hay que tener un cierto equilibrio", añade Hoods, "los cambios que podemos hacer son beneficiosos, pero no debemos pensar que de repente vamos a ser delirantemente felices para siempre, y creo que es un mensaje importante que hay que recordar a la gente", y sugiere centrarse en el "proceso" (hacer las cosas) en lugar de hacer demasiado hincapié en un resultado esperado (si hago esto, debería ser feliz).
Salir del piloto automático
Esto nos lleva a otra pregunta: ¿qué significa ser feliz? "No hay una única definición de felicidad. Significa cosas diferentes para cada persona y abarca una variedad de estados emocionales, así como estados cognitivos, como estar contento con la vida", dice Hood, "cuando se profundiza en ella, significa una sensación de compromiso, logro, progreso, todo este tipo de palabras, y no significa necesariamente que se esté en un estado mental positivo elevado. Es más matizado que eso. Y hay que tener lo negativo en la vida para poder apreciar realmente lo positivo", dice Hood, "esa es la función básica de cómo funciona el cerebro".
Sin embargo, sea cual sea el modo en que se decida desglosarlo, esa sensación de compromiso e intención parece ser la clave. Y es importante pensar en lo que esto significa para ti: ten cuidado con la trampa de comparar tu felicidad con la de otra persona, "porque ahí es donde invariablemente nos vamos a sentir inadecuados", dice Hood.
"Una cosa que diría es que tendemos a vivir nuestras vidas en piloto automático. Tenemos ciertos objetivos y expectativas, hacemos nuestra vida cotidiana, no nos detenemos necesariamente a preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos. Y muchas veces no nos centramos realmente en lo que hacemos", señala Hood.