El informe del Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF), se centra en las poblaciones de águila imperial ibérica, águila real y águila perdicera en el Alentejo.
Según el informe, el águila imperial ibérica muestra una tendencia positiva de crecimiento, y ha experimentado un aumento poblacional del 60% en los últimos tres años (de 13 a 20 parejas) y tiene un estatus de conservación en Portugal evaluado como "en peligro crítico". En la década de 1980 dejó de anidar en Portugal y se consideró extinta como especie reproductora, pero a partir de 2003 comenzó a criar de nuevo en el país.
En cuanto al águila real, comparando con los datos de 2002 y 2004, se considera que el crecimiento de la especie es estable (nueve parejas en esos años y 10 parejas en 2020). Es el águila más grande de la Península Ibérica y tiene un estado de conservación definido como "en peligro".
El águila perdicera presenta una tendencia de crecimiento muy positiva, con un aumento del 140% en los últimos 15 años (27 parejas en 2005 y 65 parejas en 2020), y un estado de conservación calificado como "en peligro".