"Se están desarrollando algunas líneas de desarrollo de disuasores acústicos que se probarán este verano, para tratar de encontrar opciones para la protección de los veleros y minimizar el número de interacciones", dijo a Lusa António Bessa de Carvalho, presidente de la Asociación Nacional de Cruceros(ANC).
La Marina portuguesa, el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques(ICNF) y la ANC mantienen reuniones desde marzo para intentar encontrar una solución a estas interacciones entre orcas y veleros de hasta 15 metros -aún sin explicación- y que ya han provocado el hundimiento de al menos dos embarcaciones.
Los primeros casos de interacciones en la costa portuguesa se registraron en 2020, cuando algunas orcas jóvenes comenzaron a interactuar con embarcaciones, principalmente veleros, aunque también se han dado algunos casos con barcos pesqueros y neumáticas.
"Los propietarios de veleros están muy preocupados y en este momento tienen miedo de llevar sus barcos al Algarve, como hacen todos los años", afirma el presidente de la ANC.
Bessa de Carvalho también mencionó el caso de "muchos extranjeros que evitan las aguas portuguesas" y que, procedentes del norte de Europa, van directamente a Madeira y Canarias, evitando descender por la costa oeste del país.
"Esperamos que este trabajo conjunto sea fructífero y podamos desarrollar un aparato que nos permita proteger a las embarcaciones y al grupo de orcas", dijo el responsable.
Según la página web delGrupo de Trabajo de Orcas del Atlántico(GTOA), desde principios de año se han producido algunas decenas de "interacciones con contacto físico" de embarcaciones con orcas, principalmente en la costa de Andalucía (España) que va desde Cádiz hasta el Estrecho de Gibraltar.
En Portugal, durante el mismo periodo, se produjeron seis de estas "interacciones con contacto físico", todas a varias millas de la costa: una frente a Peniche, tres frente a Cabo Espichel, una frente a Melides y tres al sur de Faro.
Estos animales se sienten atraídos principalmente por el timón de las embarcaciones y, en algunos casos, las interacciones causaron graves daños que impidieron a los barcos navegar, al ser incapaces de fijar un rumbo.
"Todavía no se sabe por qué las orcas han interactuado con los barcos, lo que sí sabemos es que lo han hecho principalmente con el timón de los veleros, al ser una estructura relativamente frágil en estas embarcaciones", explicó a Lusa el biólogo marino Rui Peres dos Santos.
Según el investigador, estudiante de doctorado en el Centro de Ciencias del Mar (CCMAR) de la Universidad del Algarve (UAlg), "los veleros han sido el principal objetivo de las interacciones y los que han mostrado más daños, aunque ya ha habido interacciones con barcos de pesca y de avistamiento de cetáceos".
Preguntado por Lusa sobre si estas interacciones pueden suponer algún riesgo para los bañistas, Rui Peres dos Santos afirmó que, hasta la fecha, no se ha registrado ninguna interacción con personas en el agua, ni nadando cerca de los barcos ni en la playa, por lo que este peligro será, de entrada, inexistente.
Estos animales son cetáceos de la familia de los delfines, que se alimentan principalmente de atún rojo del Atlántico. A pesar de tener dientes, según el GTOA, nunca comen cetáceos ni otros mamíferos marinos.
El comandante de la Zona Marítima Sur, Rui Santos Pereira, afirma que no existe peligro "directo" para las personas, con la única preocupación de que la interacción provoque la rotura del timón y el hundimiento de la embarcación.
En el caso de los bañistas, el capitán del Puerto de Faro coincide en que las orcas "no atacan", manteniendo que no hay peligro.
Según informes citados por el GTOA, las orcas "tocaban, empujaban e incluso giraban" el rumbo de las embarcaciones, que en algunos casos presentaban daños a la altura del timón.
Según informaciones de diversas entidades, en caso de avistar orcas, las embarcaciones deben, si es posible, reducir la velocidad y parar el motor, dejar de ejercer presión sobre el timón y esperar a que los animales se alejen.
La orca ibérica es una subpoblación de orcas que vive en el Atlántico nororiental, normalmente desde la costa occidental de Galicia (España) hasta el estrecho de Gibraltar, lo que incluye toda la costa portuguesa.
La longitud adulta de las orcas ibéricas oscila entre los cinco y los seis metros, un tamaño pequeño en comparación con otras orcas, como las antárticas, que alcanzan los nueve metros.