Era hija de Pepino de Landen y de Itta de Metz. Desde muy joven, Gertrudis demostró un fuerte compromiso con su fe, rechazando una propuesta de matrimonio del hijo del rey Dagoberto cuando sólo tenía diez años.

Tras la muerte de su padre en 640, la madre de Gertrudis tomó medidas para protegerla de posibles pretendientes afeitándole la cabeza al estilo de la tonsura, marcándola para la vida religiosa. Juntas fundaron la abadía de Nivelles, que se convirtió en un monasterio doble para hombres y mujeres. Este establecimiento permitió a Gertrudis dedicarse plenamente a las actividades espirituales, al tiempo que dirigía la comunidad.

A la muerte de Itta, hacia 652, Gertrudis asumió la dirección de la abadía. Se centró en las obras de caridad, cuidando de los enfermos y los pobres y acogiendo a los peregrinos en su comunidad. Bajo su dirección, Nivelles se hizo famosa por su hospitalidad y su importancia espiritual.

Milagros y veneración

A Gertrudis se le atribuyen varios milagros en vida. Un milagro notable fue salvar a unos marineros de una tormenta y de un monstruo marino después de que invocaran su nombre durante su peligroso viaje. Este suceso dio lugar a la creación de una bebida especial llamada "Sinte Geerts Minne", que consumían los viajeros en busca de protección.

Su dedicación a la oración y al ascetismo afectó a su salud y murió a la temprana edad de 33 años, el 17 de marzo de 659. Casi inmediatamente después de su muerte, fue venerada como santa debido a los numerosos milagros atribuidos a su intercesión.

Patronazgo sobre los animales

Aunque a Santa Gertrudis se la conoce sobre todo como patrona de los viajeros y los jardineros, con el tiempo también se la ha asociado con los gatos. Esta relación se debe probablemente a su papel como protectora de roedores como ratones y ratas, animales muy comunes en la época medieval y a menudo relacionados con brotes de enfermedades como la peste negra.