"El territorio de Terra de Miranda tiene todas las de ganar con la apertura de la Feira da Bola Doce a expositores de todo el país, dando así un mayor alcance a esta iniciativa gastronómica, cultural y recreativa", explicó Helena Barril a la agencia de noticias Lusa.
Otro de los puntos fuertes del evento, promovido por el municipio de Miranda do Douro, son las demostraciones culinarias a base de productos locales, a cargo de los chefs Lídia Brás, Marco Gomes y Marcelo Dias.
"La Feira da Bola Doce traerá mucha gente a Miranda do Douro, gente que vendrá de todo el país y de la vecina España, ya que se trata de una ciudad fronteriza", afirmó la alcaldesa de este municipio del distrito de Bragança.
Según Helena Barril, además de la "reina" de la fiesta -la Bola Doce-, la feria contará con folares, dulces tradicionales, embutidos y carnes de razas autóctonas, como el cordero y la ternera mirandesa.
La Bola Doce ha dejado de ser un manjar de Semana Santa y se ha convertido en un "buque insignia" de la repostería del Planalto Mirandês que se puede degustar durante todo el año, dentro y fuera del país.
"Hemos observado que las cocinas tradicionales situadas en el Planalto Mirandês invierten durante todo el año en la producción de la bola dulce mirandesa. Pero en los pueblos de la región, este dulce también se sigue elaborando a la antigua usanza, junto con los folares", comenta Helena Barril.
La Bola Doce se elabora con canela y azúcar en capas, se amasa a mano y se cuece en un horno tradicional de leña y, más recientemente, en hornos eléctricos o de gas.
A diferencia de la mayoría de los folares de Semana Santa, la bola mirandesa "es un dulce húmedo e intenso". La masa, parecida a la del pan pero más fina, se intercala con capas de azúcar y canela, y el relleno también se hace por capas.
El historiador António Rodrigues Mourinho realizó un estudio sobre este producto y concluyó que se trata de una pieza de repostería originaria al menos de la época de los descubrimientos portugueses, con registros que se remontan al menos a 1510.
"La tradición fue heredada de conventos o de familias clericales y de gente adinerada. La gente modificaba la bola a su manera regional, dándole una forma y un sabor que la distinguen de los dulces de otras regiones", explica la investigadora.
Este evento, que se celebra en el Jardim dos Frades Trinos, tiene también un fuerte componente cultural y musical, con la presencia de gaiteros, bailarines mixtos y artistas del panorama musical nacional.