El texto final fue presentado por la comisión parlamentaria de Asuntos Constitucionales, Derechos, Libertades y Garantías, tras dos proyectos de ley de PSD y PS que habían sido aprobados en general el 7 de julio.
En el debate que tuvo lugar a principios de mes, PSD y PS justificaron sus diplomas sobre la despenalización de las drogas de síntesis en la necesidad de distinguir entre traficantes y consumidores, alertando además del impacto que estas nuevas sustancias están teniendo en las comunidades autónomas.
"Veintisiete años después, es necesario cambiar el actual marco legal para dar cobertura a esta nueva y dura realidad", afirmó la diputada socialdemócrata Sara Madruga da Costa, para quien el diploma del PSD pretende dar una "respuesta más rápida y eficaz a este complejo y alarmante fenómeno" que afecta especialmente a Madeira y Azores.
Según la diputada, la distinción entre consumidor y traficante "es fundamental" para combatir el fenómeno de las drogas de síntesis, mediante la aplicación del mismo régimen jurídico y los mismos principios de las drogas clásicas a esta nueva realidad.
"Eso es lo que pretende nuestra iniciativa. Distinguir al consumidor del traficante, los delitos de crimen, con referencia a las dosis diarias, para tratar a quien lo necesite y estrechar la malla del tráfico", a través de la equiparación de las drogas de síntesis a las clásicas en el sistema penal, subrayó Sara Madruga da Costa.
Cláudia Santos, diputada del PS, recordó que hace 23 años se tomó la "decisión histórica" de despenalizar la posesión de drogas para consumo en Portugal, pero a partir de 2009 creció el número de condenados por delitos de consumo, en contra de la opción tomada por el Parlamento.
"Con este proyecto, queremos reafirmar la opción hecha por la prevención y el tratamiento de los consumidores", justificó el parlamentario del PS, considerando que la posesión de drogas para consumo "no debe ser un delito y que la cantidad de droga en poder" de una persona debe ser sólo una indicación.