La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es uno de los principales factores de riesgo de cardiopatías e ictus, y los cardiólogos de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) han destacado que el riesgo de cardiopatías aumenta en las mujeres con niveles de presión arterial más bajos que en los hombres.
La profesora Angela Maas, directora emérita del Programa de Salud Cardiaca de la Mujer del Centro Médico de la Universidad Radboud(Países Bajos), declaró "Mi mensaje a todas las mujeres es que se tomen en serio su tensión arterial, conozcan sus valores [lecturas de tensión arterial] y convenzan a su médico de que si es demasiado alta necesitan tratamiento. No subestime los efectos a largo plazo de la hipertensión".
Maas añadió: "Una de las consecuencias más importantes de la hipertensión en las mujeres es un tipo de insuficiencia cardiaca en la que el músculo cardiaco está rígido".
Esto puede provocar síntomas como fatiga, retención de líquidos y dificultad respiratoria en etapas posteriores de la vida, y la prevención es vital, ya que hay "pocos tratamientos" disponibles, señaló Maas.
La hipertensión arterial también está asociada a la demencia y es reconocida mundialmente como el principal factor de riesgo de muerte en las mujeres.
Una prioridad en la mediana edad
Los médicos instan a las mujeres a no esperar a que los daños se hagan sentir más tarde en la vida para pensar en su presión arterial.
Los expertos desmienten la idea errónea de que la hipertensión no provoca síntomas. Las mujeres pueden notar palpitaciones, dolor en el pecho o entre los omóplatos, cefaleas, falta de aire, cansancio y sofocos, que en la mediana edad pueden confundirse con la menopausia, el estrés o la ansiedad.
Revisiones anuales a partir de los 40 o 50 años
Según el NHS , se considera hipertensión arterial cualquier valor a partir de 140/90 mmHg. Sin embargo, las personas con problemas de salud coexistentes pueden correr el riesgo de tener niveles inferiores, y Maas afirmó que "se está debatiendo si los valores normales de presión arterial deberían ser más bajos en las mujeres que en los hombres".
Se necesitan más estudios antes de introducir cambios oficiales en las directrices. No obstante, los expertos aconsejaron a las mujeres que se controlen la tensión arterial anualmente a partir de los 40 años si tienen antecedentes familiares de hipertensión o si la tuvieron alta durante el embarazo. Tener migrañas desde la adolescencia y haber sufrido dos o más abortos espontáneos también podría significar que la mujer está predispuesta a la hipertensión.
Las mujeres sin antecedentes familiares ni otros indicadores de riesgo deben someterse a revisiones anuales a partir de los 50 años.
¿Se puede prevenir la hipertensión?
Algunas personas pueden estar más predispuestas a desarrollar hipertensión que otras, pero en general las medidas relacionadas con el estilo de vida desempeñan un papel clave en la prevención de la hipertensión.
Sindy Jodar, enfermera cardióloga jefe de la Fundación Británica del Corazón, afirmó que "la falta de ejercicio, el aumento inmenso de peso, el consumo de sal y el consumo excesivo de alcohol" son algunos de los factores de riesgo más comunes de la hipertensión.
Siga una dieta cardiosaludable
En palabras de la Dra. Sarah Brewer, nutricionista: "Los estudios sugieren que seguir la dieta DASH (Dietary Approach to Stopping Hypertension) puede ayudar.
"La dieta se basa en una alimentación mediterránea saludable, que incluye aceite de oliva, ajo, fruta, verdura, frutos secos, productos lácteos bajos en grasa y carne magra, con un consumo reducido de sal, grasas saturadas, colesterol, azúcar y carbohidratos refinados".
Vigile su consumo de sal
El consumo excesivo de sal es una de las principales causas de hipertensión arterial, señala Jodar. Según el NHS, las directrices aconsejan que los adultos consuman menos de 6 g de sal al día, lo que equivale aproximadamente a una cucharadita.
Sin embargo, muchos alimentos ya contienen sal, por lo que añadirla a las comidas y a la cocina podría significar fácilmente que se está consumiendo demasiada. Intente añadir hierbas y especias para dar sabor, y compruebe las etiquetas, sobre todo las de los alimentos procesados, que a menudo contienen altos niveles de sal "oculta" añadida.
Manténgase activo
Los estudios sugieren que hacer ejercicio con regularidad puede ser muy beneficioso para la salud del corazón, el colesterol y la tensión arterial.
"Es importante encontrar una forma de hacer ejercicio que se adapte a ti. Puede que le resulte útil empezar con un poco de actividad e ir aumentándola gradualmente", sugiere el Dr. Richard Oakley, director asociado de investigación de la Alzheimer's Society.
Según el NHS, se recomienda que los adultos realicen 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada, o 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa. También se aconseja realizar ejercicios de resistencia y fuerza al menos dos veces por semana.
Encontrar formas de controlar el estrés
Jodar explica que el estrés "no causa directamente" hipertensión arterial (aunque sí puede elevarla temporalmente), pero añade: "A largo plazo, el estrés también puede llevarnos a adoptar hábitos poco saludables -comer comida casera, fumar, beber o no hacer ejercicio- que pueden elevar la tensión arterial". Si no se trata, puede provocar derrames cerebrales, cardiopatías, infartos y demencia vascular".
Cierto grado de estrés forma parte normal de la vida y no siempre es perjudicial. Pero es importante reconocer cuándo el estrés se está volviendo crónico o problemático y tomar medidas que ayuden a gestionarlo de la forma que más le convenga. Hacer ejercicio con regularidad, reservar tiempo para desconectar y relajarse, y cosas como la atención plena y la meditación pueden hacer maravillas.
Hable con su médico
Aunque las medidas relacionadas con el estilo de vida son importantes, a veces es necesario tomar medicamentos para controlar la hipertensión. Hable con su médico si tiene alguna duda.