"Las cuevas son lugares a los que podemos acceder, son lugares únicos para estudiar la biodiversidad", explica a Lusa Ana Sofia Reboleira, profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa y líder del grupo de investigación Ecología Subterránea del Centro de Ecología.
La bióloga coordinará durante tres años el proyecto Barrocal-Cueva, que ha recibido una financiación de 163.883 euros concedida por el Premio Belmiro de Azevedo, Fundación para la Ciencia y la Tecnología.
El principal reto será la conservación de la Gruta do Vale Telheiro, situada en la zona del Barrocal (subregión del Algarve situada entre las montañas y la costa), recientemente reconocida como "punto caliente" mundial de biodiversidad subterránea.
El objetivo es crear información útil para la protección de la cueva, así como un marco para su futura evaluación ecológica, garantizando su sostenibilidad. Además, también está prevista una propuesta de marco legal para la protección del hábitat y de las especies más relevantes.
Ana Sofia Reboleira explicó a Lusa que no sería posible realizar visitas públicas a la cueva porque la atmósfera es mortífera y tiene una concentración muy baja de oxígeno, por lo que sólo pueden acceder al lugar personas debidamente equipadas.
El técnico añadió que los pequeños animales y organismos presentes y que se pretende estudiar son "vitales" para el procesamiento biológico, es decir, para la "purificación de las grandes reservas de agua dulce que están disponibles para el consumo humano inmediato".
El proyecto permitirá realizar la primera investigación ecológica a largo plazo en cuevas de Europa Occidental, así como evaluar las necesidades de restauración ecológica en zonas degradadas de la cueva y su superficie de influencia.
El proyecto Barrocal-Cave se lanzó oficialmente el 3 de mayo, con la Universidad Lusófona y la Universidad del Algarve como socios y el apoyo del Ayuntamiento de Loulé, propietario de los terrenos donde se encuentra la cueva, y del Centro de Ciencias Vivas del Algarve.