Cargar los vehículos eléctricos en la red pública puede ser dos veces más caro que en casa, según un estudio de la Escuela Católica de Lisboa de Negocios y Economía, que señala con el dedo a la "reducida competencia" en este mercado.
"El precio de la red pública para los vehículos eléctricos es similar al precio de repostar un coche diésel, pero sería considerablemente más barato si el usuario se limitara a cargarlo en casa", dice el estudio realizado en octubre, basado en los precios a partir de marzo de 2024.
Según el estudio "Movilidad eléctrica en Portugal: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?", realizado en octubre de 2024, por la Católica Lisbon School of Business & Economics, "este elevado precio en la red pública también podría verse agravado por la reducida competencia en la infraestructura de carga del mercado eléctrico, en el que el 57% de las estaciones de carga son propiedad de los tres mayores operadores".
Además del coste, "la insuficiente infraestructura de recarga de vehículos eléctricos en Portugal, especialmente de cargadores rápidos y, sobre todo, ultrarrápidos" - 101 municipios portugueses aún no disponen de estaciones públicas rápidas y 231 municipios no tienen cargadores públicos ultrarrápidos - es otra de las lagunas mencionadas en el estudio que muestra que "Portugal no podrá alcanzar los objetivos propuestos en la Hoja de Ruta para la Neutralidad de Carbono 2050 (RNC2050)".
"Incluso en presencia de escenarios poco realistas, como si se prohibiera la venta de vehículos tradicionales, o si la cuota de mercado de vehículos eléctricos en Portugal creciera al ritmo de la cuota de Noruega, líder en adopción de VE, los objetivos no se alcanzarían".
Además, el documento también afirma que "es posible identificar lagunas en las políticas públicas" de movilidad eléctrica.
Falta de apoyo
Reconociendo que "Portugal ya cuenta con incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos, como subvenciones y deducciones o exenciones fiscales", falta "apoyo a la instalación y mantenimiento de infraestructuras de recarga en la red pública, como se ofrece en otros países con altas tasas de adopción de vehículos eléctricos".
"La única medida de apoyo a la infraestructura está dirigida a los cargadores ubicados en condominios, y tiene restricciones en el número de cargadores que pueden recibir apoyo por condominio", explica, argumentando que, según la revisión bibliográfica realizada, "los más eficaces y consistentes son los incentivos a la infraestructura." "
"A su vez, el apoyo a la adquisición presenta gran variabilidad en los resultados, no demostrando ser tan fuerte y eficiente. Por lo tanto, debe haber un cambio en el enfoque de las políticas públicas, hacia el incentivo a las infraestructuras", propone.
También considera que otras ayudas, como la gratuidad de los peajes y el acceso a carreteras prioritarias para los usuarios de vehículos eléctricos, pueden ser útiles y rentables en Portugal".
Citada en el comunicado, Joana Silva, profesora de la Católica de Lisboa, destaca que "los avances de Portugal en el sector del vehículo eléctrico son notables y ya hay cerca de 130 mil vehículos 100% eléctricos. Pero Portugal no alcanzará los objetivos de neutralidad de carbono hasta 2035 y 2050, aunque todos los vehículos nuevos que se vendan a partir de hoy sean eléctricos".
El objetivo es que, en 2050, el 100% del parque sea VE, con un objetivo intermedio del 36% en 2035.
El estudio "Movilidad eléctrica en Portugal: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?" ha sido financiado por el Grupo Brisa.