El actual gobierno, PSD/CDS, promovió varias reformas en la política migratoria, dificultando la entrada de inmigrantes al eliminar las manifestaciones de interés -recurso legal que permitía legalizar en Portugal a extranjeros con visado de turista- y facilitando la entrada de nacionales de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), al tiempo que prometió reforzar los consulados y nuevas medidas para la contratación en los países de origen, la llamada "Vía Verde" para las asociaciones empresariales.
El director de la Obra Católica Portuguesa de Migración, que agrupa a numerosas asociaciones del sector, lamentó a Lusa que la incertidumbre política y la falta de servicios públicos adecuados estén poniendo "la vida de muchas personas a la espera de soluciones que no existen".
"Lo que pedimos es que dejen de instrumentalizar la migración por razones políticas", dijo Eugénia Quaresma, recomendando a los líderes de los partidos que "hablen entre ellos" en lugar de polarizar su discurso para obtener dividendos electorales.
Integración
"No se puede conseguir el bien del país sin tener en cuenta a los inmigrantes" y "promover políticas adecuadas", dijo, considerando que los políticos deben mirar lo que ocurre en el resto del mundo y acordar estrategias de integración y acogida.
"Nuestros emigrantes se están viendo afectados en el extranjero por las medidas tomadas por Estados Unidos y ya hay deportaciones", por lo que "es importante sentarse a la mesa y hablar, sin instrumentalizar el tema", recordó.
Los cambios en la política migratoria no han ido acompañados de mejoras en los servicios públicos de atención a los inmigrantes, que "necesitan mucha más inversión" por parte del Estado portugués, añadió. "Tenemos que trabajar para mejorar la calidad de los servicios desde el propio país de origen. Esperamos que los consulados funcionen y que se mejoren los recursos", pero, "a estas alturas, lo que sentimos es que el tiempo se ha parado y la gente tiene su vida en suspenso", mantuvo.
Según el responsable, la Agencia de Integración, Migración y Asilo (AIMA) "se ha preocupado más de la regularización administrativa", en lugar de centrarse en la acogida.
"La integración forma parte del nombre de AIMA, pero todavía tenemos algunas dificultades de comunicación para afinar los mecanismos de integración", reconoció el responsable católico.
Timóteo Macedo, líder de la mayor asociación de inmigrantes del país -Solidariedade Imigrante- es muy crítico con la política de este Gobierno, que consideró "un desastre social".
"Las elecciones anticipadas no son deseables, pero esta es la realidad y esperamos que no se olvide la inmigración", para que los elegidos "respeten el trabajo de los inmigrantes", algo que "no ha ocurrido".
Según el dirigente asociativo, el fin de las manifestaciones de interés y la apuesta por los visados de búsqueda de trabajo, organizados por las empresas, son "soluciones equivocadas", porque ponen a los inmigrantes en manos de mafias y empresarios.
"Estos visados son vendidos en el mercado negro por las mafias por más de diez mil euros", destacó Timóteo Macedo, criticando también la prioridad dada a los ciudadanos de la CPLP.
"Están dividiendo a los inmigrantes en buenos y malos", acusó, lamentando que la xenofobia crezca y perjudique la integración de los que están aquí.
Ejemplo de ello es que la reagrupación familiar no avanza, "a pesar de las promesas que se hacen".
Con más familias unidas, sería más fácil para los inmigrantes integrarse en la sociedad portuguesa, pero "llevan cuatro meses prometiendo la reagrupación familiar y todavía no existe lo que es un derecho inalienable: el derecho a tener a nuestra familia con nosotros."
Inmigrantes bangladeshíes
Los inmigrantes bangladesíes están entre los más afectados por este impasse y han visto cerradas sus vías de entrada en Portugal. Uno de sus líderes, Rana Taslim Uddin, lamenta el "radicalismo" de la mayoría gubernamental en la gestión del proceso.
"La comunidad bangladeshí está preocupada por la política migratoria, AIMA tarda mucho en responder. Nos da igual que el gobierno sea de derechas o de izquierdas, pero queremos soluciones", afirma Rana Uddin.
"Hay inmigrantes que se sienten inseguros en su relación con el Estado" y quieren una "ley más clara y fácil", porque "la gente trabaja y quiere tener seguridad", resumió.