El transporte flexible se caracteriza por la amplia gama de servicios de transporte en una operación basada en la flexibilidad de la oferta, con el fin de adaptarla mejor a la demanda, involucrando taxis colectivos, minibuses, entre otros.
El estudio "Servicio Flexible de Transporte Público de Viajeros en Portugal", presentado en Lisboa, ofrece un diagnóstico de su implantación, con un informe sobre la acción de supervisión llevada a cabo por la AMT.
Según el análisis, las experiencias de los servicios de TPF en el país han demostrado que "son viables y tienen espacio para crecer, no sólo cuando consideramos territorios con menor densidad de población", sino también porque pueden ser "servicios alternativos y complementarios" a la red regular de transportes en las áreas centrales de las ciudades.
Responder a las necesidades de los ciudadanos
De este modo, darían respuesta a las necesidades de grupos específicos de población: personas mayores, jóvenes y adolescentes, o personas con restricciones temporales o permanentes de movilidad.
En la introducción del estudio, la presidenta de la Autoridad de Movilidad y Transportes, Ana Paula Vitorino, considera que el TPF surgió como una "solución innovadora y adaptable", que permitía adecuar itinerarios, horarios y paradas a las necesidades reales de la población - el modelo se implantó en varias regiones de Portugal, "promoviendo la inclusión social, la eficiencia económica y la sostenibilidad ambiental".
Según el documento, las TPF "deben ser parte integrante de la planificación territorial y del transporte público, basándose en todos los tipos de servicios que pueden prestar", incluso en zonas densas y grandes núcleos de población.
Este tipo de red puede aportar beneficios en términos de monetización de la infraestructura y también para hacer frente a situaciones en las que el transporte público regular no proporciona ofertas de "movilidad eficiente", lo que ocurre con más frecuencia en regiones con baja densidad de población, por la noche o los fines de semana.
El TPF permite superar algunas de las limitaciones del transporte público convencional al ofrecer un servicio de transporte en zonas rurales aisladas y dispersas y donde la viabilidad económica del transporte público regular no es sostenible.
Al mismo tiempo, se dice, garantiza un servicio en zonas periurbanas, donde la densidad de población no justifica la implantación de una oferta de transporte público, complementando la red existente y dando un repunte a la red regular.
El TPF pretende responder a las necesidades específicas de la población mayor y en edad escolar en las zonas urbanas, además de dar servicio a equipamientos específicos o a zonas que no generan una demanda suficiente para justificar una atención clásica.
La población que más utiliza el TPF son las personas mayores, normalmente sin acceso a transporte individual, por lo que es importante garantizar, según el estudio, un fácil acceso a las líneas de atención telefónica para reservar el servicio.
La experiencia de las autoridades de transporte que ya han implantado sistemas de transporte a la demanda recomienda implicar a los operadores de transporte (taxis) en una fase temprana de la implantación del TPF para informarles sobre cómo funcionarán los procedimientos de explotación y contratación.
Las primeras soluciones de transporte público flexible en Portugal surgieron incluso antes de la aprobación del Decreto-Ley n.º 60/2016 con las llamadas "Líneas Azules", que configuraban un tipo de TPF con ruta y horario fijos, pero sin paradas fijas, implantadas por los municipios, sobre todo en los centros históricos y utilizando principalmente minibuses.
Posteriormente surgieron otras experiencias, como los "Taxis Colectivos" en Beja y el "Transporte a la Demanda en Médio Tejo". La experiencia, según el estudio, reveló una gran variabilidad y diversidad de soluciones adaptadas a las necesidades específicas de la población a servir y a las características del operador o de los actores locales implicados.
El TPF se ha implantado en varios municipios y Comunidades Intermunicipales (CIM) como modo de transporte alternativo y complementario al transporte público regular.