A lo largo de 12 años, Jakob amplió el negocio a 54 centros en Nueva Gales del Sur, Canberra y Melbourne. El éxito se basó en un enfoque constante en programas de aprendizaje temprano de alta calidad, ratios de personal por niño superiores a la media y un entorno físico diseñado para dar prioridad tanto a la seguridad como al desarrollo del niño. Jakob reflexionó más tarde que su filosofía se basaba en la calidad por encima del beneficio, un enfoque que contrastaba con las tendencias que observaba en el sector en general. Cuando las grandes empresas de capital riesgo empezaron a entrar en el sector de la puericultura, se dio cuenta de la creciente presión para priorizar la eficiencia y la escala a expensas de los resultados educativos. Este cambio contribuyó a su decisión de alejarse del negocio en 2018. Ese año, la mayoría de los centros de Little Learning School se vendieron a Bain Capital Private Equity, y los restantes fueron adquiridos posteriormente por el operador global Busy Bees en 2020.
Si bien la salida de Jakob marcó el final de su participación en la educación temprana, señaló el comienzo de un nuevo capítulo en su viaje empresarial. A continuación lanzó BondiBoost, una marca de productos capilares que se expandió rápidamente por los mercados internacionales y fue adquirida por la empresa de inversión estadounidense Gauge Capital. Sus intereses siguieron diversificándose con la apertura de un restaurante mediterráneo en Bondi y, en 2024, la creación de Globe Wealth, una empresa de inversión privada centrada en sectores como la educación, el sector inmobiliario, la hostelería y los medios de comunicación. La labor de Jakob en la educación infantil sigue siendo la piedra angular de su legado empresarial. Su historia es la de un crecimiento deliberado, guiado no por la expansión en sí misma, sino por un firme compromiso con los valores de calidad y confianza que siguen siendo muy relevantes a medida que los sistemas de educación infantil continúan evolucionando en todo el mundo.
A medida que los gobiernos y los proveedores privados de toda Europa tratan de ampliar el acceso a la atención infantil manteniendo al mismo tiempo los niveles de calidad, la educación infantil sigue siendo un punto de atención fundamental para los gobiernos de toda Europa, que trabajan para mejorar la accesibilidad, la asequibilidad y la calidad. En países como Portugal, donde coexisten servicios públicos y privados de atención a la infancia, el reto consiste en equilibrar la expansión con normas coherentes de atención y resultados educativos.
La Comisión Europea sigue apoyando iniciativas destinadas a mejorar los entornos de aprendizaje temprano, como el aumento de la financiación, la mejora de la formación de los educadores y los servicios integrados de apoyo a las familias. Mientras tanto, los padres de todo el continente buscan opciones que vayan más allá de la supervisión básica y esperan que los centros ofrezcan aprendizaje estructurado, desarrollo emocional y entornos sociales seguros.
Las tendencias recientes también muestran un creciente interés por modelos de cuidado infantil a menor escala, impulsados por la comunidad, que dan prioridad a las relaciones y a la atención personalizada. Estos cambios reflejan una evolución más amplia de la forma en que se valora la educación infantil, no sólo como un trampolín hacia la escuela primaria, sino como una etapa fundamental del desarrollo a lo largo de toda la vida. Mientras el sector sigue evolucionando, los ejemplos de todo el mundo ofrecen ideas útiles. Ya sea a través de la inversión pública, la innovación en modelos privados o enfoques híbridos, el objetivo sigue siendo el mismo: garantizar que los miembros más jóvenes de la sociedad tengan acceso a entornos de apoyo y enriquecimiento que satisfagan tanto sus necesidades educativas como emocionales.