En un comunicado, la organización de defensa de los consumidores menciona haber analizado los regímenes vegano, ovo-lactovegetariano, mediterráneo y planetario ("desarrollados a partir de pruebas científicas, combinando dieta, salud y protección del planeta") y concluye que el primero "es el más caro, ya que requiere más de 7.000 euros al año", mientras que "la dieta planetaria, que cuesta alrededor de menos de 1.000 euros, no tiene los mismos beneficios medioambientales".
"Todos los valores presentados se basan en un plan de alimentación equilibrado para cuatro personas (dos adultos, un niño y un adolescente)".
En términos de reducción de la huella medioambiental, el mejor consejo es seguir una dieta vegana, que no incluya el consumo de proteínas animales. Pero incluso en este caso, DECO señala que "cambiar la bebida de almendras por una de avena reduce el consumo de agua en un 20%".
"En una semana se ahorran más de 1.500 litros de agua y dos kilos de CO2 equivalente. Es decir, se reduce un 10% el potencial de calentamiento".
Para quienes consideren demasiado difícil seguir una dieta vegana, la organización afirma que "una dieta que tienda a ser más vegetal, aderezada con suficiente proteína animal, también tiene beneficios medioambientales, si se compara con las dietas mediterránea y planetaria".
Los lacto-ovo vegetarianos pueden sustituir la leche de vaca por una bebida de soja, reduciendo "un 5% las emisiones de CO2, un 6% el consumo de agua y un 1% el uso de la tierra".
E incluso quienes siguen la dieta mediterránea consiguen reducir su potencial de calentamiento global y el consumo de agua en un 5% si cambian la carne de vacuno (que requiere más recursos) por la de pollo.
La dieta más barata
En términos de coste, la más barata es la dieta planetaria, basada en verduras, cereales integrales, legumbres y oleaginosas y en la que los lácteos y la carne roja se reducen a extras.
La cesta semanal de esta dieta asciende a 120 euros, la mediterránea a 127 euros, la lacto-ovo vegetariana a 131 euros y la vegana a 142 euros, según el estudio.
Los veganos destinan el 45% de su gasto global semanal a equivalentes lácteos (dada la ausencia de cualquier alimento de origen animal) y verduras y hongos (como las setas), mientras que el 44% del gasto de los ovo-lactovegetarianos se debe a verduras y frutas .
Las verduras, los cereales y tubérculos y las frutas representan el 59% del gasto total de quienes siguen una dieta mediterránea, con un consumo moderado de productos lácteos y carne roja, mientras que quienes optan por una dieta planetaria gastan el 65% del importe semanal en "verduras, cereales y tubérculos, carne, pescado y huevos".