Una persona puede estar sola y sentirse bien y realizada, del mismo modo que alguien que está rodeado de gente puede sentirse solo, por ejemplo, porque se siente incomprendido, poco atendido o incapaz de contar con los demás.
La soledad es un sentimiento negativo, desagradable y subjetivo que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Está más relacionado con cómo percibimos nuestro nivel de conexión y contacto con los demás, lo que puede tener efectos negativos sobre la salud y la calidad de vida a largo plazo.
La soledad no es exclusivamente un estado emocional o sentimental. Fisiológicamente, provoca un aumento de los niveles de cortisol (la hormona del estrés), que puede perjudicar diversas funciones y sistemas, como el rendimiento cognitivo y el sistema inmunitario, además de aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares.
Sentirse solo no es en sí mismo un problema de salud mental; sin embargo, estos dos estados están fuertemente relacionados. Las personas que sufren problemas de salud mental pueden ser más susceptibles a la soledad, como en el caso de la fobia social (o ansiedad social), que puede hacer más difícil participar en actividades que impliquen a otras personas. De este modo, quienes padecen fobia social pueden tener dificultades para mantener niveles deseables de contacto social y, por tanto, sentirse solos.
Además, la soledad puede dañar la salud mental, especialmente cuando está presente durante mucho tiempo, manifestándose como baja autoestima, ansiedad, depresión, estrés o problemas de sueño.
Además de influir en la salud mental, la soledad también tiene implicaciones para la salud física: perjudica al sistema inmunitario (aumento de la producción de hormonas del estrés), se asocia a niveles más altos de presión arterial, reduce la adherencia al ejercicio físico, facilita el aumento de peso, afecta al rendimiento cognitivo, aumenta la probabilidad de fumar y el alcoholismo, y puede alterar el sueño.
Para superar los sentimientos de soledad, puede que necesite salir de su zona de confort, pero sin presionarse demasiado. Algunas estrategias que pueden ayudar son: reconocer y respetar tus sentimientos, unirte a un club o clase relacionada con tus intereses, como el ajedrez, la lectura o un deporte, y conocer a otras personas que compartan tus mismos intereses. Tómatelo con calma, sobre todo si te has sentido solo durante mucho tiempo, ya que puede resultar difícil entablar nuevas relaciones. Si es así, puedes empezar con actividades en línea que impliquen menos interacción, como clases de dibujo. Haz planes con amigos y familiares, habla de tus sentimientos con ellos, practica hábitos de autocuidado (ejercicio, sueño, nutrición), haz voluntariado o pequeños actos de bondad, evita compararte con los demás y tómate un descanso de las redes sociales para fomentar más interacciones en persona.
Si tiene dificultades para conectar con los demás, buscar ayuda de un especialista en salud mental, como un psicólogo, puede ser beneficioso.
Para más información, póngase en contacto con el Grupo HPA Saude en el teléfono (+351) 282 420 400.