Hicimos cambios para ajustar [los costes], pero aun así es muy difícil mantener estos fondos. Los precios del combustible han aumentado enormemente, al igual que las piezas de los aviones", explicó Pedro Leal, presidente del consejo de administración de la compañía, el día en que el avión regresó al aeródromo municipal de Braganza para preparar su primer vuelo desde la región desde finales de septiembre.

"Vamos a empezar con algunos pasajeros. Hoy ya hay cinco, lo que no es suficiente. Pero, cuando llegue el verano, estará lleno", vaticina Pedro Leal sobre la aeronave de 19 plazas.

Según los horarios facilitados por la concesionaria del servicio aéreo, entre el 19 de febrero y el 29 de marzo hay menos conexiones, ya que los miércoles y jueves el avión sólo conecta Bragança con Cascais. Después del 31 de marzo y hasta el 24 de octubre, los aviones aterrizarán en todas las ciudades y la frecuencia también se duplicará. Los domingos sigue sin haber vuelos.

El nuevo contrato firmado para los próximos cuatro años entre el Gobierno y Sevenair asciende a 13,5 millones de euros, 3 millones más que en la anterior concesión, según había informado previamente la compañía a Lusa.

Aún con este incremento, Pedro Leal considera que esta cantidad puede ser insuficiente.

"Puedo decir que en los otros cuatro años, auditados por la Inspección General de Finanzas (IGF), perdimos 1.480 millones de euros. El combustible en el último contrato se pagó a 70 céntimos, acabamos prácticamente con 1,70 euros. Ahora está un poco más bajo, aquí en Bragança a 1,30 euros", dijo Pedro Leal, añadiendo que el precio actual sigue siendo muy alto.

A continuación, Pedro Leal añade el resto que es necesario para mantener este servicio aéreo, en el que "todo va en aumento".

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