Según SAPO news, tras un intenso periodo de lluvias en diciembre y enero, la sequía y sus repercusiones en la producción agrícola vuelven a estar en el punto de mira. En Portugal, aunque es prematuro predecir cómo se desarrollará la campaña oleícola, las perspectivas son preocupantes, afirman algunos representantes del sector.
"La situación de sequía se prolonga desde enero. Marzo y abril fueron meses con pocas precipitaciones. La situación es complicada y la realidad es que, en mayo, no debería llover ni recuperar lo que no llovió", advierte Luís Mira, secretario general de la Confederación de Agricultores de Portugal(CAP), en declaraciones a ECO.
Según las previsiones del Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera(IPMA), en los próximos diez días las temperaturas máximas en Portugal continental se acercarán a los 30 grados centígrados, con cielos despejados. Todo ello en un momento en que el 48% del territorio se encuentra, de nuevo, en situación de sequía débil, moderada o grave, con mayor incidencia en el Alentejo.
En España, las advertencias se endurecen por la falta de lluvias en el país vecino, los precios del aceite de oliva han subido casi un 60% desde junio de 2022, hasta unos 5,4 euros por kilo, como consecuencia de una grave sequía en Europa que el año pasado comprometió las cosechas de aceituna de secano en todo el continente, escribe el Financial Times. El país, que es el mayor productor de aceite de oliva, con la mitad de la producción mundial, ha visto cómo la oferta anual se reducía aproximadamente a la mitad en los últimos 12 meses, hasta las 780.000 toneladas, lo que ha catapultado los precios a nuevos máximos.
Luís Seabra, presidente de la Asociación de Agricultores de Ribatejo (AAR), explica que en España los cultivos de olivar son mayoritariamente de secano, es decir, en tierras que no cuentan con ningún sistema de riego ni uso de agua, incluida la de lluvia. Por tanto, "cuando estas zonas bajan [los niveles de producción], obviamente se mueve con fuerza con el resto del mercado", señala.
Preguntado por si estas ondas expansivas llegarán a Portugal, el funcionario considera que es "pronto para determinarlo", ya que sólo será posible evaluar las tendencias de la producción del olivar a partir de mayo. "Será entonces cuando se dibujen las expresiones de este año. Todos los movimientos, en este momento, son especulativos", dijo.
Casa do Azeite comparte las mismas preocupaciones, recordando que Portugal ya "acumula dos años de sequía", lo que provoca "cierta incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir con la producción."
"La campaña del año pasado se vio muy afectada por las condiciones meteorológicas, pero sobre todo por la contra-cosecha [interrupción de la producción]. Había habido una sobreproducción de aceite de oliva en la campaña anterior, lo que suele provocar una interrupción en la campaña siguiente, agravada por la sequía", afirma Mariana Matos, secretaria general de la Casa do Azeite.
Para la responsable, aunque es muy temprano, y ahora comienza la floración, la "situación es preocupante", teniendo en cuenta que las señales que llegan del país vecino no son alentadoras. "La preocupación en España es enorme, porque condiciona mucho la producción mundial y el modelo de precios". Según Mariana Matos, en 2022, "el precio del aceite de oliva en origen subió más de un 50%" en Portugal respecto al año anterior, una realidad en la que también influyó el aumento de los costes de producción.
El secretario general de la PAC tiene, sin embargo, menos dudas. Según Luís Mira, lo que está ocurriendo en España es una realidad que muy probablemente se reproducirá en Portugal, de forma similar a lo ocurrido el año pasado, ya que la situación de sequía y escasez de agua afecta por igual a los países mediterráneos. En diciembre de 2022, la producción nacional de aceite de oliva registró ese año una caída de hasta el 40%, en comparación con la campaña anterior.