"La idea de tener 'exceso de agua' en determinadas cuencas, como la del Rio Grande do Sul, es absolutamente errónea. En este siglo, ya tuvimos fenómenos de sequía meteorológica en 2004/06, 2011/12, 2015, 2017/18, 2019 y 2022, fenómenos cuya recurrencia tiende a aumentar con el cambio climático".

MovRioDouro respondió a las preguntas de Lusa en el ámbito de las reuniones regionales del grupo de trabajo 'Água que Une', creado por el Gobierno para desarrollar una nueva estrategia nacional de gestión del agua.

"En 2022, en el Duero y Lima, hubo prácticamente una sequía extrema", recordó el movimiento, señalando también que "las situaciones serán cada vez más recurrentes, como indican los escenarios climáticos para la cuenca del Duero (se estima una reducción media del 25% en las entradas de agua superficial en los próximos 50 años)".

Según MovRioDouro, "en estos años, las actividades agrícolas se vieron gravemente perjudicadas", algo que se refleja en el "recurso a la extracción anárquica de aguas subterráneas".

El movimiento recuerda que "en Trás-os-Montes, numerosas poblaciones necesitan ser abastecidas por camiones cisterna" en los años de sequía "y también, normalmente, en el período estival".

En la orden del Gobierno, los planes que se estudiarán en el ámbito de la revisión del actual marco de planificación prevén, "como último recurso, el trasvase de agua entre cuencas hidrográficas", lo que se conoce como transvases.

"Los trasvases de agua entre cuencas representan un vehículo para la propagación de especies exóticas, aumentando aún más la vulnerabilidad de las especies autóctonas. Además, las transferencias de agua son la principal fuente de conflictos sociales y políticos en la gestión del agua", afirma el movimiento.

Para MovRioDouro, "la agricultura tiene que adaptarse al territorio y no puede depender de trasvases masivos de agua desde otras regiones, con costes financieros y medioambientales muy elevados".

"Los nuevos cultivos muy exigentes en agua (frutos rojos, aguacate...) y la transformación del olivar y el almendro de secano a producción intensiva han incrementado exponencialmente las necesidades hídricas", señalan.

MovRioDouro considera así que "la agricultura superintensiva ha agravado esta situación", ya que "representa el 74% del consumo de agua y este consumo, paradójicamente, es mayor allí donde el agua es más escasa".

"El aumento continuado del suministro de agua es insostenible, no sólo en cantidad sino también en calidad, ya que la carga de fertilizantes y pesticidas de la agricultura intensiva genera degradación de los ecosistemas y repercute en la salud pública. El aumento de cianobacterias en los embalses refleja este problema", señalan.

El movimiento también señala que "los perímetros de riego son públicos, pero quienes utilizan el agua no pagan por la infraestructura instalada, sino sólo por su conservación y una cuota de uso" y, "por ello, se presiona para construir muchas desaladoras y realizar trasvases, ambos con costes muy elevados".

"¿Quién pagará estas obras? ¿Se reflejará el coste en el precio del agua o lo sufragarán todos los contribuyentes? Precios bajos como los practicados en muchas zonas de regadío, donde las pérdidas medias rondan el 40%, fomentan el uso desordenado del agua y la ineficiencia en su utilización", advierte el movimiento.

MovRioDouro pone el ejemplo de Alqueva, en el Alentejo, "donde los agricultores tradicionales casi han desaparecido, siendo sustituidos por empresas internacionales de capital riesgo, que se aprovechan de los bajos precios del agua".