¿Es demasiado egoísta elegir la felicidad como objetivo principal? ¿Te sentirías cómodo diciéndole a la gente que tu objetivo más importante en la vida es ser feliz? ¿O se sentiría un poco avergonzado o culpable?
Dicen que el placer lo producen los centros cerebrales inferiores responsables de satisfacer nuestras necesidades básicas, como el hambre, la sed, el tacto y el sexo biológico, y todos pueden contribuir a la felicidad. Sin embargo, afirman que hacer del placer el objetivo más importante de la vida podría conducir a características de la personalidad como la adicción, la búsqueda de emociones e incluso el egoísmo. Muchos psicólogos creen que hacer del placer nuestra máxima preocupación es una causa subyacente de una personalidad criminal o antisocial. Al placer no le importan las necesidades de los demás.
Creo que se equivocan en este último punto. En mi humilde opinión, no hay nada que dé más placer que hacer algo por otra persona. El arte de regalar tiene que ver más con el hecho de dar que con el de recibir: hacer regalos y ver el deleite del receptor al recibirlos te producía tanto placer como a ellos.
Permítanme que les cuente una anécdota
A finales del año pasado ayudamos a un amigo a mudarse de casa: era una tarea abrumadora para él, así que le ayudamos a trasladar lo mejor y le buscamos un hogar para el resto.
Sabía que el marido no estaba muy bien de salud y le comentó que le apetecía una bebida con sabor a ternera que recordaba de hace años. Después de mucho buscar, el amigo encontró un tarro, y su alegría al ver la cara del marido fue casi tan buena como el propio regalo.
Acto de bondad al azar
Hacer algo por otra persona sin recibir ninguna recompensa es como devolver algo. Un "Acto de Amabilidad al Azar" puede devolvértelo, pero no necesariamente la persona con la que fuiste amable en primer lugar.
Tal vez no sepas por lo que están pasando: ese anciano que pide limosna en la esquina de la calle tal vez, sin tener la culpa, acaba de pasar por malos momentos y necesita que le echen una mano, así que sé amable y cómprale un café y un pastel de nata o dale unos euros: no supondrá una gran diferencia para ti, pero puede significar mucho para él, y a ti te hará ilusión.
El otro día vi por la calle a una señora bastante mayor que parecía recién salida de la peluquería, con el pelo de un color, un corte y una forma perfectos. Estaba ocupada en sus asuntos, pero parecía triste; probablemente tenía una cara como la mía, que parece miserable cuando nadie la mira. Pero le dije que el pelo le quedaba muy bien y que el cambio de expresión de su cara era como la diferencia entre un día soleado y uno lluvioso. No hay nada malo en ello, ¿verdad?
Sé amable
Para ser amable no hace falta tanto. Puedes hacer un cumplido a alguien diciéndole: "Me gusta tu camisa" o "uñas fabulosas"; es sencillo, eficaz y no cuesta nada. Sonríe a desconocidos, compra un paquete de galletas para, no sé, el veterinario, la recepcionista del médico o una tarjeta de agradecimiento para el parque de bomberos. Compra comida para perros o gatos para el refugio de animales de tu localidad y, de paso, recoge ese montón de toallas viejas. Hacer el bien puede ayudarte a tener una visión más positiva de tus propias circunstancias, y nos ayuda a mantener las cosas en perspectiva. Podemos quejarnos de algo como una ampolla en un dedo del pie, por ejemplo, pero piensa en el tipo que no tiene pie: estoy seguro de que estaría más que feliz de sufrir sólo una ampolla que pasar por lo que ha pasado.
Esopo, el legendario escritor, dijo que "ningún acto de bondad, por pequeño que sea, se desperdicia jamás". Los estadounidenses incluso tienen un día especial, el 5 de octubre, el Día Nacional de la Amabilidad, pero no debería limitarse a un día al año, ¡sería más apropiado ser amable todos los días!
Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man.
