Según el estudio, el control del alquiler puede ofrecer un alivio a corto plazo, pero a la larga es perjudicial para las generaciones futuras, que se enfrentan cada vez más a una oferta de vivienda limitada y a unos costes crecientes.

Marli Fernandes, una de las investigadoras responsables del proyecto desarrollado por Nova SBE Economics for Policy Knowledge Centre junto con la Fundação Calouste Gulbenkian, ha afirmado que esta política no sólo es "generacionalmente injusta", sino que también compromete los derechos y necesidades de las generaciones futuras.

Fernandes explica que, aunque el control de los alquileres permite temporalmente a las personas con ingresos más bajos asegurarse una vivienda, reduce inadvertidamente la disponibilidad futura de alquileres. Los inquilinos tienden a permanecer en sus casas a largo plazo, lo que provoca menos ofertas de alquiler y un aumento de los precios de los alquileres. Compara la situación con la ciudad norteamericana de San Francisco, que se sometió a un estricto control de alquileres en los años 90 y, en consecuencia, experimentó un descenso de las ofertas de alquiler al disuadir a los propietarios de poner sus pisos en el mercado de alquiler.

Las viviendas de alquiler se han reducido a la mitad desde los años 60

En Portugal, el porcentaje de viviendas de alquiler ha caído a menos de la mitad desde los años 60, según el Censo de 2021. Con menos oferta, los precios aumentan en consecuencia.

Aún es común encontrar inmuebles antiguos, a menudo todavía ocupados por inquilinos de larga duración, con alquileres bajos, y los contratos más nuevos siguen teniendo tasas significativamente más altas. Los datos presentados en el estudio muestran que cerca del 70% de los portugueses pagan menos de 400 euros al mes. En Lisboa, casi la mitad de los contratos de alquiler entran en esta categoría, ya que la mayoría se firmaron antes de 1991. Como consecuencia, aproximadamente el 30% de los inquilinos de Lisboa pagan menos de 200 euros al mes. Del mismo modo, en Oporto, alrededor del 45% de las personas pagan menos de 200 euros de alquiler.

Mientras que las generaciones anteriores tenían acceso a una vivienda asequible, a las más jóvenes sólo se les ofrecen ahora precios elevados por los contratos de alquiler, con un 29% de contratos que superan los 650 euros y un 10% que superan los 1.000 euros.

El estudio recomienda acabar con el control del alquiler

Los investigadores señalan que países como Finlandia liberaron el mercado del alquiler para impulsar la oferta de vivienda y, simultáneamente, desarrollaron medidas de apoyo a las familias vulnerables y aumentaron el parque de vivienda social. Esto es lo que recomienda el estudio de Nosa SBE: primero, identificar y apoyar a las familias vulnerables para, después, liberar el mercado.

Portugal está a la cola de Europa en cuanto a parque de vivienda pública, que representa sólo el 2% del total de viviendas, en contraste con Suecia, donde el 40% de las viviendas son sociales y cooperativas, según una comparación entre 13 países.