Abordar este problema requiere intervenciones políticas coordinadas, enfoques innovadores y una clara atención a los factores de la oferta y la demanda que contribuyen a la crisis.
En Portugal, el mercado de la vivienda se enfrenta a una creciente presión desde múltiples frentes. La afluencia de compradores extranjeros, sobre todo de países como Estados Unidos y Brasil, ha provocado un aumento de los precios de la vivienda en ciudades como Lisboa, convirtiendo el mercado inmobiliario del país en uno de los más caros de Europa. Esto, combinado con las limitaciones de la oferta y el aumento de los costes de construcción, ha provocado un grave problema de asequibilidad, sobre todo en las principales zonas urbanas.
La escasez de suelo sigue siendo uno de los retos más importantes de Portugal, con un espacio limitado para nuevas construcciones. En respuesta, el Gobierno aprobó en enero de 2024 un proyecto de ley que permite la reconversión de suelo rural para uso urbano. Aunque esta medida pretende solucionar la escasez de suelo, ha suscitado la preocupación de grupos ecologistas, y se teme que pueda utilizarse indebidamente en beneficio político o para alimentar la corrupción. Con todo, es innegable la necesidad de liberar más suelo urbanizable, sobre todo para frenar la especulación inmobiliaria, que ha contribuido a la actual crisis de la vivienda.
El sector de la construcción portugués también se enfrenta a unos costes laborales elevados, a la escasez de trabajadores cualificados y a unas prácticas de construcción obsoletas. La dependencia del sector de los métodos de construcción tradicionales ha dificultado el ritmo de crecimiento de la demanda de viviendas asequibles. Para paliar esta situación, la modernización del sector mediante técnicas de construcción modulares y prefabricadas podría reducir los costes y solucionar la escasez de mano de obra, ayudando a satisfacer la creciente demanda de forma más eficiente.
La financiación sigue siendo otro reto importante en el mercado de la vivienda de Portugal. A pesar de los esfuerzos para fomentar las asociaciones público-privadas (APP), el país carece de un entorno de inversión estable y transparente. La ausencia de una normativa favorable a la inversión ha disuadido al capital privado de entrar en el mercado, limitando los fondos disponibles para nuevos proyectos de vivienda. Un marco normativo más estable y un enfoque que incentive la inversión privada en el desarrollo de la vivienda son esenciales para crear un mercado de la vivienda sostenible.
El mercado de alquiler de Portugal también requiere atención. Históricamente, el país ha favorecido la propiedad de la vivienda, pero el cambio hacia un mercado de la vivienda más equilibrado debería incluir el fortalecimiento del sector del alquiler. Unas leyes de alquiler más claras, un mejor cumplimiento de los contratos e incentivos fiscales para los propietarios podrían fomentar una mayor inversión en alquiler a largo plazo. Además, la reducción de los impuestos sobre las rentas de alquiler incentivaría la inversión en el sector del alquiler, lo que podría aumentar la disponibilidad de viviendas para quienes no pueden comprarlas.
Otro reto al que se enfrenta Portugal es la ineficacia normativa. Los retrasos de hasta tres años en la concesión de licencias en algunos municipios dificultan la ejecución a tiempo de los proyectos de vivienda, lo que agrava aún más la escasez de oferta. Racionalizar los procesos normativos y garantizar una administración pública más eficiente será crucial para superar este obstáculo y garantizar que los proyectos de vivienda se finalicen a tiempo.
En última instancia, la solución de la crisis de la vivienda en Portugal requerirá un enfoque multifacético que combine métodos de construcción innovadores, un enfoque en la eficiencia reguladora y políticas favorables a la inversión. Haciendo frente a la escasez de suelo, modernizando el sector de la construcción y reforzando el mercado del alquiler, Portugal puede empezar a abordar el creciente problema de la asequibilidad. El gobierno, junto con las partes interesadas privadas y públicas, deben trabajar juntos para crear un mercado de la vivienda sostenible y asequible que pueda satisfacer las necesidades de sus ciudadanos en los próximos años.
Paulo Lopes is a multi-talent Portuguese citizen who made his Master of Economics in Switzerland and studied law at Lusófona in Lisbon - CEO of Casaiberia in Lisbon and Algarve.
